Ensaladera

La Copa Davis, otra cruzada argentina. Y otra saga de argentinadas. A saber:
1) Empezó con Del Potro diciendo: "Le vamo´ a sacar los calzones a Nadal del orto" (sí, es muy fino el muchachito). Pero Nadal, desgraciadamente, no vino. Porque con él la final tenía otro sabor y la derrota, digámoslo, también... Hubiera jerarquizado el juego. Lo hubiéramos aplaudido a rabiar, a pesar de que nos ganara. ¿O no?
2) Después de la bravuconada de nuestro potrillo errante, y ante la ausencia de Nadal, todo era fiesta anticipada porque... "los vamo´a pasar por arriba". Como siempre, ganábamos antes de jugar.
3) La carpeta sintética. Que más pintura, que menos pintura, que el ángulo de pique, que la rosca en dirección al roce del viento, que la rosca en contra del roce del viento, que el color celeste, que el color azul, etc, etc,etc. Que Nalbandián la quería rápida, que Del Potro prefería cemento.
4) Pero, al fin, el tenis es un deporte aunque estos muchachos lo tomen como una forma de facturar. Y si bien es un deporte individual, hay momentos -como en la Davis- en que debe formarse un equipo. Y ahí estuvo la diferencia y por eso ganó España, aún sin su líder y Nro 1 del ránking. España trajo un equipo.
5) A diferencia, Argentina puso toda la confianza en dos individualidades, de las cuales una, Del Potro, todavía está en Shangai. A lo mejor, recién se esté enterando que lo eliminaron del Master. Avísenle, si lo cruzan por ahí.
5) Y como no podía ser de otra manera cuando hay dos argentinos, Nalbandián y Del Potro, se la pasaron discutiendo quién de los dos la tiene más larga. Mucho ego, muchachos.
Por eso, España ganó la ensaladera de plata. Y Argentina se quedó con lo que era: una ensalada mixta.
Y esto... tampoco resiste un archivo.