No resiste archivo fue testigo de la pequeña historia que sigue, a propósito de las "propagandas" de prevención del cáncer de mama que suelen hacerse en este mes, en el que se instituyó un día oficial de la enfermedad. (Un día eufemístico, digamos).
Cuando el doctor H.G. - reconocido especialista en mamas de Buenos Aires- abrió el sobre con remitente de un hospital público de la provincia de Chaco, quedó con la boca abierta. Estaba azorado. Un colega le había enviado el diagnóstico de una ecografía mamaria escrito detrás de una boleta electoral, de la última elección a gobernador. Las imágenes tomadas por el ecógrafo, estaban abrochadas a los candidatos de la UCR. ¿Descuido del colega chaqueño? "No... - respondió H. G.- Esto quiere decir que ya se tocó fondo. Quiere decir que un médico que trabaja en un hospital provincial, en este caso en el Chaco, no tiene recursos, ni siquiera recetarios a su disposición. Imagínese, entonces, en las condiciones que estará atendiendo a esta paciente que tiene un pronóstico no bueno". La peculiar interconsulta epistolar, con un diagnóstico de cáncer mamario, no era lo único. En el reverso de una propaganda de una marca de profiláctico, y desde otro hospital de provincia se reataba escuetamente el diagnóstico de otra paciente, con un pedido de consulta en la fundación donde H. G. atiende gratuitamente.
El hecho podría quedar en simple anécdota, que no es. Y más de uno pondría en foco una supuesta desprolijidad del médico que toma de recetario los remanentes de las boletas electorales. Esto sería así, si no fuera porque hay evidencia de que esas boletas están siendo utilizadas de esa manera por los profesionales y con sello del hospital en cuestión, para emitir diagnósticos o recetar medicamentos. Es decepcionante pensar que no hay un sistema hospitalario. Sin recursos, y al extremo casi humillante de usar como recetarios papeles que tenían destino de basura (y no precisamente porque lo estén reciclando), la salud dejó hace rato de ser uno de los derechos humanos esenciales en la Argentina. Por el contrario, es un derecho que se viola sistemáticamente todos y cada uno de nuestros días.
No existen verdaderas y masivas campañas de prevención de cáncer de mama que esté articulada desde la centralidad del Estado. Y de hecho, si no hay recetarios, mucho menos hay mamógrafos. Así, son miles, acaso millones, las mujeres que ni tienen acceso a un control adecuado provisto por un sistema público de salud que debería brindarle lo mínimo que necesita.
Los médicos pueden prevenir enfermedades con las herramientas adecuadas. Podrán, incluso, curar con los recursos que tienen a su alcance. Pero convengamos que en este tipo de trincheras, alguno, sólo por vocación, deberá estar haciendo milagros.
Y esto... no resiste ningún tipo de archivo.
Y MAS... Domingo 12 de octubre de 2008. Clarín publica un informe sobre la salud en el Chaco.
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