Gripe A de Argentina II

Es casi redundante decir que en Argentina no es fácil tener gripe (a secas, A, B o equis) como lo expusimos dos entradas anteriores. Aunque en realidad, no es fácil ser paciente. Miren:
1) Nos enteramos que estamos en emergencia sanitaria... ¡desde el 2002! ¿Cómo? Resulta que en aquel momento la decretó el ex minsitro de Salud, el sanitarista Ginés Gonzalez García por la crisis que atravesaba el país en ese momento. La emergencia nunca se levantó (bien por los funcionarios que no se dieron cuenta). De modo, que hace siete años que la Argentina tenía la posibilidad de haber instrumentado todas las vías necesarias para cualquier peste que apareciera: fiebre amarilla, dengue y gripe A incluidos... ¿Nadie se dio cuenta?
2) No se sabe cuántos afectados por el virus H1N1 hay: 100 mil? 107 mil? o apenas 2500? Los números parecen haberse esfumado en los últimos quince días previos a las elecciones del 28 de junio, tiempo en el cual se paralizó toda cobertura por parte del Estado hacia la población afectada.
3) Hace dos semanas, decían que las personas en riesgo debían tener enfermedades de base en las vías respiratorias. Ahora se sabe que el virus "mata gente sana" (y esto suena casi a un chiste) y que su ataque es mortal, sin que nadie sepa muy bien las causas, en las embarazadas.
4) El desconcierto es tal que, por caso, a los obstetras que trabajan en provincia de Buenos Aires les bajaron la orden de darle la vacuna contra la gripe a las embarazadas (¡y contra toda indicación!).
Y, mientras esto acontece, la presidenta Cristina visitó un hospital en Malvinas Argentinas, pocas horas antes de tomarse el piróscafo para salvar las democracias caribeñas.
¿Se habrá hecho un hisopado previo?
¿O habrá transportado consigo -en versión asintomática- una muestra gratis del virus en su mutación argenta?
Y esto... tampoco resiste un archivo!