20/4/08

El 527 (te deja en la puerta)

Mientras veía en otros blogs y en los medios escritos cómo el Gobierno K va a por una nueva versión de una Ley Mordaza (atención Cristina, ya lo intentó Carlos Saúl sin éxito, y eran tiempos de la Corte Suprema adicta), se reflotaba un Observatorio de Medios (que en rigor funciona hace unos tres años sin producir nada interesante), recordé un detalle... Néstor Kirchner, el ¿ex? presidente, antes de dejarle el sillón a su mujer, hizo un decreto por el cual extendía las licencias de los actuales medios por 10 años más. Con ese Decreto, el Gobierno consolidó la concentración de los medios de los cuales se quejaba, queja y quejará. Era una prórroga por la que venían presionando las empresas periodísticas y esa cesión fue -cuanto menos- curiosa. Más curioso aún es que ahora quieren desempolvar el viejo debate -bienvenido sea, si es debate- sobre la Ley de Radiodifusión, que data desde la dictadura militar y ningún gobierno democrático tocó. Otra curiosidad.
¿Si esto importa? Claro, y mucho. Porque las frecuencias radioeléctricas son patrimonio común, que garantizan (o deberían) la libre expresión y el derecho a la información de los ciudadanos. Tendrían que ser administradas (no manipuladas) por el Estado (no por los gobiernos), de acuerdo a un régimen democrático de adjudicaciones de frecuencias de radio y televisión. Pero, hasta ahora, los presidentes siempre manejaron el tema a discresión, prorrogando las licencias de los grandes medios, que otorgaron los militares y el menemismo.
Dicen los que saben que ese decreto mantiene y consolida la vigencia de la norma Nro.22.285 inspirada en los criterios de la doctrina de Seguridad Nacional que impusieron los militares. Esa norma, precisamente, marca un esquema de concentración de medios que logró su máxima expresión con la llegada de Menem al gobierno.
Los que saben también señalan que el Decreto 527/05 viola el principio 12 de la Declaración de Principios de la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde se lee: "Los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de comunicación deben estar sujetos a leyes antimonopólicas por cuanto conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos.”
La noticia que no se dijo en aquel momento, fue que la concesión por una década más firmada por Néstor K. favoreció las empresas de Daniel Hadad, Moneta, Manzano y compañía, que estaban pasando por un quebranto económico. Claro, tampoco chillaron los demás medios monopólicos. Y tampoco se la escuchó a la entonces senadora Cristina Fernández quejarse de semejante avasallamiento a la libertad de prensa o apeló a la "discriminación", según la dialéctica novedosa que imprimió en los últimos tiempos.
Como siempre... esto... no resiste archivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace rato que dejé de creer en los Reyes Magos.... por desgracia, o por fortuna, todavía no lo sé.